lunes, 26 de junio de 2017

SOÑARÉ








Soñaré con los versos
que me dejan tu madrugada
escondida tras las sombras
Que acechan sin nombre.

Soñaré con la mirada ausente
de una luna opaca
en marcha tras los zapatos
que dejan en el asfalto su huella.

Despertaré al amanecer,
al alba de un nuevo día
bañado por lágrimas de sol.

                      Y  

         S   O   Ñ   A   R   É:

con un mundo nuevo
que la realidad no alcanza.

                                                           

Arantxa Murugarren
                                                                    26/06/2017


sábado, 24 de junio de 2017

UNA LUCHA POÉTICA. PRESENTACIÓN DEL POEMARIO: PRESUNCIÓN DE CONCIENCIA DE IBON ZUBIELA.

PRESUNCIÓN DE CONCIENCIA.

AUTOR: IBON ZUBIELA MARTÍN.

Supongo que toda escritura rigurosa y exigente es una especie de viaje de redención al interior de uno mismo. Es una prueba de resistencia, aunque la poesía no de respuestas y plantee nuevos interrogantes.

Lean.

Lector y poeta alimentan la hoguera en la que arder.

Ardamos juntos.
                                               (Del prólogo. Enrique Cabezón)




En verano, me gusta levantarme temprano y mirar por la ventana. Disfrutar de la claridad del día recién estrenado y escuchar el suave trinar de los pájaros al despertar.

Hace apenas unos días que nos dejó la primavera, sin embargo, el calor sofocante del verano nos ha visitado antes este año.

Hoy ha amanecido nublado. Se agradecen esas nubes y ese frescor de la mañana. Mientras estoy divagando acerca del tiempo acuden a mi mente los recuerdos de otra tarde en El Bosquecillo, nuestro emblemático lugar poético, nuestro punto de encuentro muchas tardes de viernes. El pasado viernes, 19 de junio tuvo lugar el último evento de la temporada. Y allí nos dimos cita una vez más, con ilusión y ganas de encontrarnos a pesar de vernos a menudo. Con ganas de poesía, de risas, de emociones.

Con ganas de compartir y departir con los amigos.

Ibon Zubiela vino desde Bilbao a poner el broche de oro a la temporada con su poemario: Presunción de Conciencia. Fue una tarde maravillosa, cargada sentimiento, tal vez como lo son todas o quizás como no lo son ninguna, porque cada tarde es diferente.

Nuestras veladas en “El Bosquecillo” tienen algo que las hace mágicas. Tienen esa capacidad de transportarnos al lado poético de las cosas. Hacen que nuestra realidad sea más pura, que nos parezca otra aunque no lo sea, aunque los versos nos transmitan esa dureza que nos rodea.

En esta ocasión la introducción la llevó a cabo Mikel Sanz Tirapu, maestro de ceremonias que nos presentó al autor. Mikel dijo en la presentación que “escribir en sí mismo es un acto revolucionario”. También apuntó que la poesía era intangible, inmaterial, algo que lanzaban los poetas sin esperar nada a cambio.

Escuchábamos captando cada detalle.
Dejándonos llevar por aquello que relataba y sintiendo lo que él sentía al hablar:
Pasión por la poesía.

Nos habló de Ibon y de su libro, del que dijo que era “un libro revolucionario que buscaba un intento por cambiar el mundo”.

Escribir poemas no va a cambiar el mundo, dijo, “pero puede cambiar la manera de pensar de las personas. El mundo lo podemos cambiar quienes leemos un poema, un libro, quienes escuchamos una canción.

Yo asentía mientras escuchaba. Me fijé en que no era la única.

Y siguió hablando de Ibon, de esa necesidad del poeta por contarnos la injusticia para hacernos partícipes y que tomemos parte a favor de la esperanza. Su poesía entronca con la tradición de la Poesía Social. Para este autor, la poesía es un arma cargada de presente, donde el futuro es la meta, mientras que el hoy es la lucha. Tal y como dijo Míkel, escribe poesía y punto. Y nos habla del amor, del paso del tiempo… Y lo más importante, sus poemas son como es él, muestra su punto de vista, muestran su día a día, el nuestro, el de todos.

Y sin embargo, sus poemas son intimistas.
Y después de esa fantástica presentación dio la palabra a Ibon.


No era la primera vez que venía a Pamplona, ya lo había hecho hace algunos años con uno de sus anteriores libros, pero sí era la primera vez que venía al Bosquecillo, la primera vez que veía nuestros ventanales sinónimos de poesía. La primera vez que miraba a través de nuestros ojos expectantes.

Comenzó leyendo un texto que había escrito para la ocasión, en el que desnudaba su alma y se presentaba sin tapujos, sin adornos que recargaran un texto ya de por sí bello. Un texto duro, sincero, cercano y real. Un resumen de su vida, de sus experiencias.

Nos acercó a él con frases tan bellas como:

he llorado por dentro el recuerdo de tiempos pasados sin saber si fueron mejores.
He aprendido del silencio a escuchar, a decir solo lo importante y a escribir las emociones de obreros y barricadas…
…suelo llorar ante las derrotas que nos infringen cada día…
…me he rebelado contra el viento y sus molinos…

Un cúmulo de sensaciones me recorrían mientras le escuchaba con atención, captando la esencia de cada letra, de cada frase, de cada párrafo bien hilvanado y compuesto de momentos vividos, de experiencias, unas solitarias y otras en compañía.

De esa lucha que proclama en sus poemas. Si él lucha cada día, como no lo va a plasmar en sus poemas, había dicho Míkel unos minutos antes.

Cuando vino hace tres años habló de que quería escribir en euskera para que lo leyera su hija y porque es la lengua que ama.

El poemario tiene cinco partes y sigue un patrón. Comienza con un poema en castellano (sin traducción al euskera) y termina con un poema en euskera (sin traducción al castellano). Las tres partes que están en medio lo componen poemas que están plasmados en castellano y en euskera.

El prólogo es en castellano y está escrito por Enrique Cabezón. Bella introducción para un exquisito libro.

Y el épilogo, como no podía ser de otra manera y siguiendo esas pautas que componen el libro, está escrito en euskera, aunque en esta ocasión si lo ha traducido. Pablo Müller le aconsejó que lo hiciera para que todo el mundo pudiese disfrutar de esas palabras.

PARTE I:

MI OTRO YO.

Se compone de un solo poema de amor dedicado a su pareja. De hecho es un acróstico precioso, escrito con dulzura. Deleita al lector con cada palabra, con cada verso escrito con delicadeza. Está escrito como ya he apuntado anteriormente solo en castellano.


PARTE II:

PRESUNCIÓN.

Nueve poemas componen esta parte. En ellos hay una búsqueda interior. Es una parte con rasgos de metaliteratura.

                                                                            4.- POESÍA

                                                       La poesía es un puente
                                                        entre la realidad
                                                                  y la pasión
                                                                que permite contemplar
                                                               las dos orillas.                              
                                                                                     (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)


PARTE III:

CONCIENCIA.
Compuesta al igual que la anterior de nueve poemas, es la más social de todas. La que nos lleva a la actualidad, a los sucesos y hechos que nos rodean. A esa realidad cruda con la que nos despertamos cada mañana y que sigue ahí cada noche.

                                 13.- SUELO SOÑAR JUÁREZ
                                                                   … suelo soñar
                                                                           los muros de la vergüenza
                                                                         que perpetúan y acorralan
                                                                        las diferencias abisales
                                                                       de la historia y el hambre
                                                                      sin más futuro que el ayer…
                                                                                                         (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)

PARTE IV:

ZAPATOS AJENOS.

Como las dos anteriores, consta de los mismos poemas, en castellano y en euskera. Ésta es la parte más intimista del poemario. Son poemas escritos desde dentro, desde la emoción, desde una mirada íntima que saca al exterior. Desde el dolor que a veces se acurruca en el interior de uno mismo.

                            28.- INSOMNIOS

                                             …La lluvia no es suficiente
                                                  para limpiar los ojos
                                                de neutrales individualidades
                                                y ver más allá de los ombligos
                                               construir un tanque de tormentas
                                              alejadas de las trampas de los espejos…
                                                                                                 (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)


PARTE V:

IPAR ORRATZA.

Esta quinta y última parte contiene un único poema en Euskera sin traducción al castellano. Es un poema de amor a la lengua que ama.

                                29.- IZKUTUTAKOA

                              euskarak
                                                            koloretako nortasuna oparitzen digu
                                                          euskalduna izan nadin
                                                        euskaraz hitz egiten
                                                                                                  (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)


Es un poemario escrito con mucho mimo y cuidando cada detalle. Es una delicia leerlo y observar su composición. Todo en este libro tiene su porqué. Está hecho a conciencia, meditado. El autor ha pensado en todo, incluido ese bolígrafo con tinta gris metalizada que resalte en la hoja negra al firmar el libro dedicándonos unas bonitas palabras que den más vida si eso es posible, a este libro.

Después de hablarnos del libro, de sus vivencias, de todo lo que le ha impulsado a escribir, nos deleitó declamando unos poemas.

Envolviéndonos en un ambiente en el que solo estábamos él y nosotros.
Ajenos a los ruidos externos.
Ajenos a cuanto ocurría tras los ventanales.



Atrapados por el sonido de una voz, por el sentimiento de unos versos.
Tras los cristales la luz de la tarde comenzaba a difuminarse dejando paso a la noche, a una luna que intuíamos. Dejando constancia de ese tiempo que no para de correr.

Se dio paso al último micro abierto de la temporada.

Con un cambio de dinámica esta vez. Comenzó Mikel recitando unos poemas que no eran suyos. Eran de una persona que ha estado ahí desde el principio. Detrás de la barra del bar. Escuchando cada viernes nuestros poemas. Soñando con recitar algún día los suyos.

Esa persona era Nadia, la camarera. Es búlgara y no domina bien el castellano. No se atreve a recitar todavía. Nos dedicó unas palabras. Dijo que no escribe bien pero que tiene mucho sentimiento, el mismo que ha plasmado en los poemas que ha declamado Míkel Sanz. También dijo que la preocupación no le dejaba hablar. Realmente era la emoción quien le impedía expresarse.

Fueron instantes especiales. En los micrófonos abiertos hay muchos. Son momentos improvisados que no se olvidan y le dan esa magia a las veladas poéticas.

Y como siempre, fuimos compartiendo nuestros versos, captando imágenes que no solo queden en la retina. Diluyendo emociones que nos traspasaban.

Y al final, Ibon declamaría un último poema.
El que pondría fin a la velada.
El que cerraría la temporada.
El que abriría nuestro corazón y nos dejaría con la sonrisa en los labios.
El que no sonaría a despedida porque nunca decimos adiós.



“…me gusta la luz que come sombras, por eso, tan solo poseo la certeza inútil de quien ha vivido y la decisión inquebrantable de no rendirme.”
                                                                              IBON ZUBIELA: 19/06/2017

                                                                          EL BOSQUECILLO - PAMPLONA

sábado, 17 de junio de 2017

VERSOS AL CENTRO DE UNA REALIDAD POÉTICA... PRESENTACIÓN DEL POEMARIO: RECONSTRUCCIONES DE ISABEL HUALDE


TÍTULO: RECONSTRUCCIONES.

AUTORA: ISABEL HUALDE.

POETAS COLABORADORES: Isabel Rivas, Marina Aoiz, Mikel Sanz, Teresa Ramos, Iosu Moracho.

“Si la poesía de las preguntas es una de las características de Reconstrucciones, otra es la búsqueda de la belleza como parte de la verdad, aun la más dura, aun la más terrible”.
(Del prólogo de Pablo Müller: REIVINDICACIÓN DE LAS ARAÑAS POETAS)

“Al lector le resultará difícil no sentirse “atrapado” en su lectura, ya que se ha de implicar en cada uno de sus versos, en cada una de las palabras que Isabel Hualde nos regala y con las que nos interpela”.
(Del prólogo de Ana Martínez Mongay: OTRA VISIÓN ACERCA DE RECONSTRUCCIONES)



La vida está hecha de pequeños momentos que no hay que pasar por alto. Pequeños instantes que se engrandecen cuando se comparten y se acaban convirtiendo en un todo que forma parte de nuestra efímera existencia.

Precisamente, son esos los que hacen que percibamos las cosas de manera distinta. Los que nos dejan constancia de que de no haber estado ahí, nuestra vida tendría lugar en una realidad paralela con visos de irrealidad. Una irrealidad consumida en una rutina que no sabríamos muy bien cómo definir. Y sabemos que, gracias a esos pequeños grandes momentos, somos diferentes, sentimos de manera distinta y agradecemos que sea así.

El pasado lunes, Isabel Hualde presentó su cuarto poemario, RECONSTRUCCIONES, en La Casa de la Juventud, en Pamplona. Reconstruirnos es lo que hicimos esa tarde noche mientras la escuchábamos. Reconstruirnos es lo que hizo ella mientras nos hablaba de su libro y recitaba alguno de sus versos.

Lo hicimos para comprender mejor la vida.
Para despertar de un sueño que no nos dejaba dormir.
Para dolernos de una desgracia ajena que hicimos nuestra porque los poemas de Isabel, calan hondo.
Porque Isabel, cala hondo en los poemas.

Y transmite en su escritura aquello que los silencios no dicen, aquello que las palabras callan. Lo que los sentimientos gritan y el alma recoge en un eco que resuena sin cesar.
La tarde del lunes fue especial, emotiva, apoteósica. Estábamos reunirnos allí, en torno a Isabel. Arropándola y dejando que nos arrullara con su voz y sus versos.


Se apagaron las luces y se encendió una pantalla, que presidía el escenario. Tras ella, José Luis Iriarte comenzó a tocar el piano. Una música sobrecogedora y bella compuesta por él mismo mantuvo nuestra atención en las palabras proyectadas. Unas palabras que danzaban ante nuestros ojos al compás de esa melodía. Y lo hacía con esa belleza incorpórea que nos trasladaba a otro lugar. A un lugar menos confortable que aquel en el estábamos, un lugar que a menudo nos mira de frente mientras nosotros esquivamos esa mirada.

En nuestra retina se iban reflejando las imágenes acompañadas de alguno de los poemas recogidos en el libro.
Todos, bellos.
La mayoría, tristes.
Reales.

Igual que la vida, porque están sacados de ella, inspirados por ella.

        “ …nuestro futuro se diluye hacia atrás
                   sabemos que las calles de ayer
                                                       y las calles de hoy
                  nunca serán las calles de mañana…”
                                   (Del Poema: Campo de Refugiados
                            RECONSTRUCCIONES: ISABEL HUARTE)

Me impactaron esos versos y se quedaron grabados en mi memoria. Mientras los leo pienso que los releeré en el futuro para que no se vayan de ahí.
Continuaban las imágenes.
Se escuchaban las últimas notas.
Se iba extinguiendo la luz de la pantalla.


Se iluminó la mesa en la que estaba sentada Isabel Hualde, muy bien acompañada por Pablo Muller y Ana Martínez Mongay, uno a cada lado. Ambos encargados del prólogo del libro y de la introducción del evento.

Comenzó Ana. Nos habló de Isabel, de su biografía, de la grandeza de su persona, de la inmensidad de sus poemas. Hizo un recorrido por las tres partes que componen el poemario.


Comentó que en las dos primeras hay un tema común: el sufrimiento a los más débiles. En la tercera parte en cambio se da un giro.  Según palabras de la propia Ana Martínez Mongay:

 La poeta parece encontrar su aurora

Continuó diciendo que la obra recogía las vivencias personales de la autora.  Y que en ella se acercaba a la poesía social.
Después de una presentación emotiva que analizó en profundidad el poemario y la trayectoria de la poeta, le tocó hablar a Pablo Muller, que empezó su intervención recitando los dos primeros versos del poema Campo de Refugiados:

“Como si una puerta giratoria
 abriera la opción de otro paisaje”

Dijo frases muy hermosas que están recogidas en el Prólogo de este libro que ha escrito de manera bella y con mucho significado:

Isabel Hualde construye esa magia desde el lugar de las preguntas.
Preguntas que se alumbran desde la humildad de quién sabe que no tiene respuestas, que este mundo no tiene respuestas al dolor.

Recuerdo que horas después, en mi casa, en el silencio de la noche, recordé esas palabras y la fuerza con la que las dijo mientras leía el poemario.  Me imaginé entrando por esa puerta giratoria y traspasando el umbral de unas letras que me llevaban al otro lado del espejo. Y me dejé llevar por lo que veían mis ojos al leer y por las imágenes que sin esfuerzo aparecían ante mí. Los poemas de este libro son muy visuales. Impregnados de dolor y de verdad. También de esperanza.

Y entonces se dio paso a Isabel, protagonista de la velada. Ella y su libro.
Juntos.
Formando una unidad indisoluble e indiscutible. Apuntó que poco le quedaba por decir, ya que Pablo y Ana habían dicho casi todo. Estaba feliz. Me pareció notar un ligero temblor en su voz fruto de esa visible emoción que la embargaba. Tuvo palabras de agradecimiento para los que estábamos allí. Dio las gracias en especial a sus compañeros del grupo "Ángel Urrutia" del Ateneo Navarro que han participado en el libro y a los presentadores del evento que habían hecho una introducción cercana, sincera y entrañable.
Y nos habló de esas tres partes que componen el libro:

I DIARIO DE LAS FRONTERAS:
Centrada en las fronteras y sucesos que vemos en televisión nos sumerge en esa realidad dura a la que no podemos dar de lado. En todas esas personas que huyen de su país buscando un refugio que no siempre encuentran. En esos refugiados que van llegando y no siempre son bien acogidos.
Desde la solidaridad es posible cambiar las cosas. Estamos interconectados, lo que afecta a unos a la larga afecta a todos -dijo.

Los soñadores resistieron
Protegiendo con sus cuerpos rotos
Los cristales heridos de la memoria
          -este no es vuestro país-
y los que quedaron ¿estarán vivos
o serán una sombra de otra sombra
entre los escombros de la noche?...
                           (Del poema: CUANDO TE PREGUNTEN
                         ISABEL HUALDE: RECONSTRUCCIONES)

II SI PUDIERAN DANZAR. Es un homenaje a las muertas de Juárez. Es una parte dura. Los versos tienen voz propia y cualquier comentario que hiciera parecería inapropiado.

… la niebla ha venido                                                         
Para quedarse entre los huesos
dí un sí o un no
pero no permitas
           que la negritud de los cuervos
se extienda sobre tu casa
el periódico estremece y la
lluvia se niega a caer
la niebla ha venido y ha venido
        para quedarse.
                                  (Del poema: JUÁREZ
                         ISABEL HUALDE: RECONSTRUCCIONES)

III RECONSTRUCCIONES. Contó Isabel, que esta parte es la más esperanzadora. No olvida el agradecimiento a los poetas que han colaborado con ella. Compañeros de batallas poéticas, amigos siempre, colaboradores en un libro escrito desde muy adentro.
Declaró que necesitaba ayuda para levantar tanta destrucción, ella solo no podía hacerlo, no se sentía con fuerzas, así que pidió ayuda a esos compañeros poetas y ellos se la brindaron. Entre todos dieron forma a esta tercera parte en la que se vislumbra un rayo de esperanza ente tanto nubarrón negro.

Lo hermoso no necesita disfraz
Buscar la puerta o resolver el enigma
Con el que otros hubieran podido atravesar
       -fatídica atracción-
El metal infranqueable
                                 (Del poema: LA ALAMBRADA
                         ISABEL HUALDE: RECONSTRUCCIONES)

Y entonces, expuso que ella se expresaba mejo con la poesía y pidiendo permiso se lanzó a recitar.

Imagen cedida por Isabel Hualde
Y la magia se hizo dueña. Su voz nos envolvió. La música de José Luis Iriarte nos sobrecogió de nuevo.
Declamó poemas de cada parte. Cada uno de los versos nos acarició la piel y nos arañó el alma.
Versos que sangraban.
Que se clavaban dentro.
Versos que no podremos olvidar.



Pidió a los poetas colaboradores que subieran a declamar con ella. Y fue algo único. Cada uno en su estilo, con su manera de declamar, con sus letras cargadas al hombro. Una carga que fueron soltando poco a poco y rellenó  esos huecos vacíos que había dentro de nosotros, asistentes hipnotizados por el hechizo de la poesía.

Como siempre, he leído cada poema despacio, recreándome en su belleza, sumergiéndome en esa cruda realidad. Pensando en ello como no lo había hecho antes. Con la certeza de releerlo en el futuro.

Para terminar, recitó ABRACADABRA. Lo hizo con el eco de los poetas a su espalda, al unísono.

No encontré entonces las palabras para expresar lo que estaba sintiendo al escucharlos. No las encuentro tampoco ahora.

Con una sola basta:
E S P E C T A C U L A R

Y pasó el tiempo sin que fuéramos conscientes de ello. Sin reparar en la rapidez con la que se movía a nuestro alrededor. Atrapados en un instante que no queríamos que pasara.

Pero todo pasa. Tiene que hacerlo para que podamos continuar nuestro camino, para vivir el comienzo de nuevas historias, para ver nuevos amaneceres y despedir al sol de nuevo.

Unas últimas notas musicales.
Sin más palabras, se apagaron las luces.
Se escucharon los aplausos.
Dijimos adiós sin decirlo.

Y salimos de ahí, teniendo una visión del mundo diferente de la que teníamos al llegar. De la que tendremos a partir de ahora.