viernes, 27 de enero de 2017

CHARLA LITERARIA CON: IGNACIO LLORET



Hablar de Ignacio Lloret es hablar de literatura, porque eso es lo que él escribe: buena literatura. Un estilo cuidado buscando la perfección define su modo de escribir.

Conozco a Ignacio hace ya tiempo. Hemos coincidido y hablado en diversas ocasiones: en eventos literarios, en los talleres de creación literaria que imparte, en la presentación de sus libros.
No hace mucho le expuse mi intención de escribir una reseña en mi blog sobre uno de ellos. Sin embargo, él me propuso escribir una entrevista en la que habláramos de todos, en especial de los tres que le caracterizan y le identifican más. Me pareció una excelente idea a la par que un reto literario para mí. Por supuesto, acepté.

¿Cómo es tu día a día literario? Háblame del tiempo que dedicas a la escritura.

Intento escribir todos los días. Para mí no es tan importante la cantidad de horas dedicadas o de páginas escritas como el hecho de escribir cada día. Eso es lo que me mantiene de buen humor. Y aunque es verdad que depende del momento, de si estoy metido o no en un nuevo libro, los últimos años he conseguido enlazarlos de manera que entre la escritura de los mismos no haya apenas solución de continuidad.

Recuerdo una de las primeras veces que hablé con Ignacio. Fue a la salida de una de sus clases. Le comenté mi propósito de leer uno de sus libros a lo que él añadió:

“No, léelos todos”.




Y eso hice, comenzando, como me recomendó, por el último que había escrito entonces: Nosotros como esperanza, libro que leí en muy poco tiempo, dado que su estilo sencillo me atrapó desde el principio y me mantuvo despierta hasta que lo terminé.  En sus obras se aprecia un tono poético, de manera especial en Monocotiledóneas, Tu alma en la orilla y Nosotros como esperanza.

A raíz de lo dicho:

¿Has escrito poesía alguna vez?

Claro que sí. Casi todos los autores de prosa han empezado escribiendo poemas. Otra cosa es publicarlos. Yo ahí sigo la máxima de Vargas Llosa, para quien en cuestión de poesía sólo cabe la excelencia. En cuanto al tono poético, al lenguaje lírico en general, considero que puede haberlo en un relato tanto como en un conjunto de versos. Como dijo Cortázar, no necesito escribir poemas porque mis relatos ya son lo suficientemente poéticos.

Empezamos con Monocotiledóneas, tu primer libro publicado tras Juguetes sin recoger, novela ganadora del premio a la creación literaria Príncipe de Viana 2001. Me gustaría que me contaras un poco acerca de él: ¿Por qué ese título? ¿Cómo surgió? ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo? ¿Cómo fue su publicación? …

Monocotiledóneas reúne relatos que escribí entre los años 2001 y 2005. Era el título de un cuento anterior a esa época, de un texto que no llegué a incluir en el volumen publicado. Me gustó como título para éste y me sigue gustando, aunque sea una palabra difícil de pronunciar para algunas personas, ja, ja. En cuanto a su escritura, me ocurrió algo parecido a lo que debió de experimentar Rilke con sus Elegías de Duino. Especialmente en unos meses concretos de 2003 y 2004, sufrí un estado de trance creativo. Salía cada mañana a pasear y regresaba a casa con un argumento nuevo, con un cuento nuevo. Hasta entonces no me había sucedido nunca algo así, por lo menos no de manera tan prolongada, tan intensa, tan prolífica. Fue algo magnífico. Habría querido publicar el libro antes, quizá en 2005 o 2006, pero al final no pudo salir hasta el 2008. Dentro de un tiempo me gustaría reeditarlo en un formato que incluyera un audiolibro con algunos de los cuentos.

Tu alma en la orilla es la segunda obra que leí. Captaron mi atención la portada y el título. También lo leí rápidamente, aunque, una vez terminado y transmitida mi opinión al autor, éste me dijo que probara a leerlo en un futuro sin seguir el orden, disfrutando de cada playa por separado. En más de una ocasión le he dicho lo mucho que me gusta. De hecho, yo considero que es el mejor. Esta vez también se lo digo. Me gusta la sencillez con la que lo escribe, la delicadeza en las descripciones y cómo es capaz de trasladarnos a cada una de las playas, en parte porque esas vivencias las hemos tenido todos en algún momento. 

De este último, te pediría que me relataras cómo fue ese proceso de elaboración. Cuéntame un poco más de él. Al igual que Nosotros como esperanza, tiene rasgos biográficos. Imagino que no todo es real. Al principio de cada capítulo, dando paso a cada playa hay una imagen. ¿Son reales esas fotos, es decir, son sacadas por vosotros?

Este libro es fruto de una serie de lecturas previas, sobre todo de Música para camaleones, de Truman Capote, Donde termina el camino, de John Updike, y  Montauk, de Max Frisch, pero también de películas como Dos en la carretera, de Stanley Donen. A partir de una reflexión que hace Capote sobre la mezcla de géneros literarios, se me ocurrió la idea de escribir un híbrido de relato, libro de viajes, poema y ensayo. Se trataba de recurrir a una serie de hechos reales, de datos autobiográficos, de viajes que había hecho con mi mujer a distintos lugares del mundo, para abordar el asunto de las relaciones sentimentales, amorosas. El resultado, del que estoy muy satisfecho, es la historia de una relación de pareja contada a lo largo de 7 años y 20 playas. Una de las conclusiones literarias que extraje de ese libro es que todo es ficción, es decir, que, por mucho que partamos de acontecimientos verídicos, el resultado cuando contamos algo es siempre un artificio, un texto arreglado, y lo es afortunadamente, pues sólo de esa forma puede lograrse la emoción del lector. En cuanto a las fotos, están hechas por mi mujer.

¿De qué forma surgió la idea de Nosotros como esperanza? No hay que olvidar que es autobiográfico. ¿Te costó escribirlo? (No me refiero solo al tiempo, aunque también me interesa). Al fin y al cabo hablas de ti y de tu familia, ahondas en tu vida.

Para la primera versión necesité catorce meses, pero luego, durante varios años, fui modificando cosas, corrigiendo otras, acortando el texto hasta dejarlo en lo esencial. En este caso quería conseguir algo similar a Tu alma en la orilla, es decir, una mezcla de narración y reflexión, pero sobre mi vida en general. No me costó escribirlo en el sentido que mencionas, pues desde el principio tuve claro que no iba a hablar mal de nadie. Y es que no se trataba de eso. Yo quería escoger una serie de recuerdos, de experiencias de las que pudiese extraer reflexiones poéticas, y construir una serie de relatos con ellas. En ningún momento me interesó la vivencia en sí, sino el potencial lírico que pudieran contener.

Dime, si es posible, alguna anécdota o dato curioso al que no hayas hecho alusión con anterioridad y que te ocurriera mientras escribías alguno de los tres libros de los que hemos estado hablando.

No es una anécdota chistosa, sino algo que tiene que ver con esa clase de libros de corte autobiográfico, con su proceso creativo. Cuando se me ocurrió la idea en la que se basa Tu alma en la orilla, decidí que habría 20 playas. Sin embargo, hubo un momento en que me quedé sin material. Había estado en muchas playas en mi vida, pero no con la persona que iba a ser coprotagonista de esa historia. De modo que tuve que insistirle para que fuésemos a descubrir nuevos sitios. Ansioso por avanzar con la escritura del libro respetando al mismo tiempo su clave autobiográfica, le urgía a mi mujer a que saliéramos otra vez de viaje o de excursión, de manera que yo pudiese completar Tu alma en la orilla. Sí, yo era entonces como esos niños pesados que, con la pala, el cubo y el rastrillo en la mano, lloran para que les lleven a la playa de una vez.

Me ha parecido entrañable y he sonreído mientras la contaba.

Me he centrado sobre todo en estos tres libros ya que me has expuesto alguna vez que quieres volver a ellos, a ese estilo, a ese tono narrativo, que te conozcan como escritor por esa manera de escribir. Estaría bien que comentaras algo acerca de esta cuestión.

No reniego de ninguno de mis libros, pero tengo claro que unos, precisamente aquellos que están construidos y estructurados como relatos cortos, me definen mejor como escritor. En ese sentido, siento predilección por los tres que hemos comentado más arriba. Pero tampoco los otros tres, las novelas, son iguales para mí. El hombre selvático, ambientada en la Navarra contemporánea, me gusta especialmente. Es una lástima que no haya tenido más recorrido, quizá porque al principio se editó sólo en formato electrónico. Después de haber publicado en 2016 El puente de Potsdam, voy a regresar en marzo de este año con un libro nuevo y diferente, retomando de ese modo el camino literario que me interesa seguir.

A propósito de El hombre selvático, me interesa saber cómo se te ocurrió la idea y si fue difícil escribir en ese tono cómico que mantiene gran parte de la novela, tono que contrasta con la parte más profunda y poética protagonizada por Albin.

Yo quería escribir una novela sobre la Navarra del siglo XXI. Para entonces ya conocía un poco esta tierra y también algo de su mundo industrial. Entonces se me ocurrió esa especie de comedia seria ambientada en una fábrica. Esa parte y ese tono salieron solos, pero estaba claro que no bastaban para una novela. Había que crear un contrapunto que diese profundidad a la historia, y así surgió la parte del antropólogo Andreas Albin. En cuanto a la parte del programa de radio, me sirvió, por un lado, de correa de transmisión entre ambas secciones y, por otro, de estribillo global, pues aporta al libro el ritmo musical de balada que yo quería conseguir.

¿Te gusta escribir con música o prefieres el silencio?

No me imagino otra forma de escribir que en silencio. Desconfía de los autores que te digan que pueden hacerlo con música, a menos que sea clásica o instrumental.

¿Qué autores te han marcado o influenciado a lo largo de todos estos años? ¿Cuáles siguen haciéndolo?

Hoy, después de haber leído miles de libros, ya son un centenar los autores que me han marcado. Si tuviese que quedarme con unos cuantos, mencionaría a Grossman, Solzhenitsyn, Alexievich, Pavese, Ginzburg, Sebald, Rilke, Updike, Lispector, Capote, Cather, Coetzee, Pla y Kundera.

Y ya para finalizar: a lo largo de la entrevista has dicho que en marzo tendrás nuevo libro.  ¿Cómo son los meses, las semanas, los días previos? ¿Qué sientes cuando ya lo tienes en tus manos?

Los meses previos están dedicados a la corrección del texto y al diseño del libro en colaboración con mi editora. Hay un momento en que ya no caben modificaciones, por lo menos en la primera edición. Cualquier escritor podría hacerlas hasta el infinito. Lo importante es conseguir una versión que funcione en el sentido de que sea legible y satisfaga al autor. En cuanto a mi estado de ánimo durante esos periodos, es una ansiedad que termina en alegría cuando ya tengo un ejemplar en las manos. Entonces soy muy feliz.


Y después de esta grata charla literaria, nos despedimos. Siempre es un placer hablar con Ignacio Lloret de literatura. Hoy, con mayor razón, ya que he tenido la oportunidad de conocer más a fondo lo que hay detrás de su obra. Le agradezco su tiempo y dedicación. Él también me da las gracias.

A partir de ahora, hay que esperar a que llegue marzo. Mientras tanto, podemos disfrutar de todo lo que ha escrito hasta ahora y de todo lo que ha contado en esta entrevista.


1 comentario:

  1. Gracias, Arantxa, por traernos a este autor. A través de tu entrevista hemos podido conocerle en algunos detalles, siempre a partir de tu punto de vista de tu admiración por este autor. Te manejas también muy bien en las entrevistas, lo próximo que hagas qué será, Arancha?

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