domingo, 20 de agosto de 2017

RESEÑA DE: LOS OJOS DE LA MUERTE. EBA MARTÍN MUÑOZ.


TÍTULO: LOS OJOS DE LA MUERTE.

AUTORA: EBA MARTÍN MUÑOZ.

GÉNERO: PSICOTHRILLER.

SINOPSIS:

Cuando la joven Natalia abandona el orfanato para reunirse con un padre totalmente desconocido, no se podía imaginar que la verdadera pesadilla estaba a punto de comenzar para ella. A través de los diarios de su madre muerta, descubrirá una realidad que llevaba oculta largo tiempo. Los fantasmas despiertan y una oscura amenaza se cierne sobre ella hasta que abandona el hogar.
Años después, la pesadilla volverá a comenzar. Sólo que, quizá, esta vez no haya escapatoria…

1.La Muerte ha regresado.
2.Tiene hambre.
3.Te está buscando.
4.No la mires a los ojos.
5.Si tu ventana aparece abierta, ¡huye!




Al terminar una lectura siempre se quedan sentimientos dentro, a veces son buenos, otras no tanto. En ocasiones hay desconcierto, sorpresa o decepción, incluso. Sin embargo en otras, son tantas las emociones y sensaciones, que resulta difícil encontrar las palabras adecuadas que definan y expliquen aquello que se ha quedado dentro de nuestra mente, dentro de nuestro corazón. Esta es una de esas veces. Es tanta la riqueza y el contenido que encierra esta obra que temo que algo se quede en el tintero.

Debo decir que empecé el libro con la emoción dentro de mí y los ojos brillantes después de leer la emotiva dedicatoria a su perrita Una, que falleció hace poco más de dos meses. Fue muy duro y hay tanto sentimiento en esas palabras que hace que nos sintamos cerca de ella y de Una. Del dolor de ambas. Hace que la echemos de menos, que lloremos su ausencia. Que iremos al cielo buscando sus dulces ojos.

Tal y como Eba misma ha apuntado,  es una novela muy especial para ella puesto que se trata de un homenaje a su perrita y está basada en un relato que escribió con catorce años y que incluye en el libro. Su manera de escribirla, por otro lado, hace de ella una obra profunda, intensa y única.

Desde el principio, el lector sabe que está ante una historia distinta

Escrita de manera original y diferente, cuenta la historia de tres generaciones a través de los Diarios de las tres protagonistas. Lo combina con un narrador en tercera persona. Con ello consigue que la novela adquiera ritmo e intriga, ya que estás deseando pasar la página para saber más, para descubrir que viene a continuación. No hay capítulos largos que ralentizan la lectura, ni expresiones o párrafos farragosos que dificulte la comprensión.

Conozco a Eba desde hace algo más de un año. He hablado con ella en varias ocasiones, he leído sus novelas, le he dicho cuánto me gusta su estilo, sencillo a la par que cuidado, y me he emocionado cada vez que he leído algo suyo.

Me ha encantado y sorprendido. Eba siempre es capaz de ir más allá y de escribir novelas completamente diferentes manteniendo siempre su esencia.

A través de ellas se aprecia su evolución como escritora. Ha ido creciendo con cada obra, superándose a sí misma. No importa lo alto que deje el listón cada vez que escribe un libro, siempre lo rebasa.

La descripción de las escenas es magnífica y muy gráfica. Lleva al lector al lugar donde sucede todo y hace que éste sea capaz de sentir lo que los personajes sienten, de vivir lo que ellos están viviendo y de ver aquello que ven, e incluso de lo que no ven.

No es una novela de terror al uso, como ella me ha dicho más de una vez. Contiene aspectos de una realidad dura, demasiado dura a veces. Da miedo y no solo por las escenas sobrenaturales e inexplicables plasmadas en la obra. Hay amor, ilusión, decepción y momentos escalofriantes en los que todo lo escrito llega muy adentro, un nudo se instala en la garganta, el vello se eriza y el miedo se instala en el cuerpo.

Al leerla, me he sentido muy identificada en muchas ocasiones y los recuerdos han acudido a mi mente como si el tiempo no hubiera pasado, viviendo de nuevo situaciones que viví en los años 70 y 80. Volví a recorrer los pasillos de mi antiguo colegio y entré de nuevo en mi clase de parvulitos.

Y mientras lo revivo, sonrío y recuerdo lo mucho que me ha gustado siempre la palabra “parvulitos”, me resulta entrañable aunque no sabría decir la razón.

Durante mi lectura he llorado, he sufrido.

He deseado cerrar el libro y dejar de pasar mal rato leyendo los párrafos más duros y cruentos. Esos tan detallados que sobrecogen. Me he obligado a leerlo despacio, acaparando todo el contenido, cuidando de no dejarme nada.

He querido salir de ahí y cerrar las ventanas de casa pero mi ansia de continuar leyendo ha hecho que no me levante, que no aparte la mirada y la mente de las páginas. Que no volviera de esa habitación en la que me encontraba junto a Azucena, Natalia, Alba...

He traspasado las páginas y he dejado mi dormitorio para entrar en ese mundo escrito, en esas emociones. He escuchado la aterradora voz infantil de Ángela y los arañazos en el cristal y me he estremecido.

He querido no mirar esos ojos pero he mantenido la cabeza erguida mirando al frente, desafiando al miedo, mi propio miedo.

Y cuando he regresado, he cerrado las ventanas de mi casa y he dormido con la incertidumbre de encontrarlas abiertas a la mañana siguiente.
Y al despertar, seguían cerradas.
Y yo me he sentido victoriosa.

Hay que destacar el vocabulario rico que utiliza la escritora, evitando las repeticiones, tanto de palabras como de situaciones. Transmite los sentimientos de tal manera que es muy difícil para el lector no involucrarse, no sentir el dolor de los personajes. No tener un punto de complicidad con ellos.

Se siente el vacío de algunos personajes, su soledad, sus ganas de vivir, de amar, de ser amados.

Natalia se mordió con fuerza los labios hasta que éstos lloraron sangre con ella. Sintió una tristeza profunda que le agrietó los bordes del corazón”.
Los ojos de la muerte: Eba Martín Muñoz.

Utiliza un lenguaje muy bello, poético, delicado. Escoge las palabras con mimo y escribe con delicadeza, con mucho mimo. Y destila ternura, una ternura que quien está leyendo acoge en su interior.

Cada día estoy más cerquita de la libertad... ¿La hueles, Mickey? Huele a tortita con nata y caramelo, y a besos de sol en los párpados. ¡A eso huele!
Los ojos de la muerte: Eba Martín Muñoz.

Describe pero no explica todo, eso se lo deja al lector. Deja que imagine. Juega con la mente del lector, hace que éste intuya, descubra y piense.

En algunos momentos me descubrí leyendo en voz alta varios párrafos, reproduciendo en mi mente alguno de los diálogos.

Mientras disfrutaba de la historia, me entraron ganas de comprarme un Diario y empezar a escribir en él. Con nostalgia recordé que nunca tuve uno el que inmortalizar mi adolescencia, mi juventud, esos instantes que cada vez se antojan más lejanos y ya no están tan claros en mi memoria.

Al terminar el libro, al pasar la última página:
Deseé más.
Deseé vivir con intensidad.
Y recordar.
Deseé no olvidar nunca todo lo leído.

Ayer di a luz a mi pequeña Natalia... La acuné todo el tiempo que me permitieron, le di el pecho y le canté canciones en el idioma de las madres: el amor verdadero”
Los ojos de la muerte: Eba Martín Muñoz.