lunes, 13 de agosto de 2018

SONRÍE HOY TÚ POR MÍ




Se deshizo la madrugada entre minutos ausentes,
en medio de susurros quedos
y motas de silencio
que escapaban de la oscuridad.



Se deshicieron las lágrimas
y la humedad se agarró al cuerpo,
oprimiendo el alma, guardando en la mente
todas las palabras que ya no pronunciarás
y quedaron grabadas entre las páginas
de cientos de lecturas compartidas
y desayunos entre legañas.

¿Quién buscará ahora la banda sonora del grupo?
¿Quién llenará esos espacios vacíos?
¿Quién alejará la tormenta en los días grises
y recordará que siempre sale el sol?

Va a ser fácil extrañarte y dolerá echarte de menos.

¡No sabes cuánto!

La madrugada desnudó las sombras de la noche
y la memoria se aferró al recuerdo.

Entre la luz del alba reconocí una voz
que no escuché antes y me abrazó la distancia
de tantos instantes compartidos.

Al final de la noche la lluvia dibujó tu nombre
y descubrió tu sonrisa al final del Arco Iris.

Desde los confines de la poesía
entre versos desgranados de nostalgia
sonríe hoy tú por mí que yo solo llorar puedo.



En memoria de David (Prior Phillip)
Nos vemos en las estrellas!





domingo, 12 de agosto de 2018

BAJO AMENAZA. MARIA ELENA TIJERAS.



TITULO: BAJO AMENAZA.

AUTORA: MARIA ELENA TIJERAS

GÉNERO: THRILLER ROMÁNTICO

SINOPSIS:

Óscar es un expolicía que dejó el cuerpo por creer en lo que hacía: buscar justicia a pesar de todo.

Su solitaria vida como detective privado le llevará a meterse de lleno en un caso que, aunque a simple vista parezca uno más, se convierte en uno muy especial. Sumergido de lleno en él, conocerá a una mujer que le removerá las entrañas y creará en él una ilusión perdida cinco años atrás, pero surgirán graves complicaciones que no dejarán que todo fluya por sí solo.

Misterio, acción, situaciones extremas y romance van de la mano en una historia en la que el entramado de una banda del crimen organizado pondrá en jaque la vida de las personas más cercanas al detective y hará que la menos implicada pague las consecuencias de su lucha por conseguir la verdad.





OPINIÓN PERSONAL:

Hace ya unas semanas que terminé este libro. Desde entonces estoy buscando las palabras adecuadas para expresar todo lo que me ha hecho sentir. Las imágenes e ideas se agolpan en mi mente luchando por salir y en un intento por ordenarlas, mis dedos recorren el teclado del ordenador queriendo ir más rápido que el pensamiento.

Entonces tengo que parar para no escribir algo ilegible, algo que ni yo entienda, algo que no exprese realmente aquello que quiero decir, aquello que pueda emocionar al lector. Y es en ese instante cuando todo lo que quiero reflejar aparece de una manera nítida.

Y es ahí cuando mi pluma se arranca a escribir.

Comencé a leerlo al anochecer de un lunes a finales de mayo. Uno de esos días grises que fueron habituales durante la primavera. Había oscurecido pronto. Miré por la ventana y apenas se veía la luna.

Me atrapó enseguida con las primeras secuencias, grabadas a fuego en el papel, en la mente del escritor, del lector y sobre todo del personaje. Con un prólogo introductorio que impacta y que hizo que me hizo intuir que me esperaba una travesía llena de acción, aventuras y asuntos por resolver. Asuntos que venían del pasado y que marcarían el futuro.


No pude leer todo lo que hubiera querido aquel atardecer y la rutina diaria me impidió continuar los siguientes así que pasó un tiempo hasta que pude retomar la lectura.

Aunque intenté que no fuera demasiado.
No quería olvidar lo que ya había leído.

Quería volver allí, a aquel lugar, saber que iba a depararme el futuro inmediato de la novela, sumergirme en las sensaciones que me provocaba, llegar al final de esa intriga sugerida al principio.

Una tarde salí a la calle y me fui a unos jardines que hay cerca de casa. Hacía buena temperatura y había bastante gente. Me senté en la hierba. No muy lejos había un corro de chicos que charlaban animadamente.

Me detuve a mirarles , intentando descifrar su conversación, recordando aquellos tiempos en que yo tenía aproximadamente su misma edad y hacía lo mismo con mis amigas.

En otro lugar.
En el siglo pasado.
Saqué el libro del bolso y empecé a leer.

Al poco tiempo se acercó un cachorrillo y se quedó a mi lado. Le acaricié la cabeza y él se tumbó a mi lado. Él se quedó allí, mirándome. Yo comencé a leer en voz alta. Una chica le llamó pero no se movió. Después de un rato vino aquella chica y se lo llevó. Antes de que lo hiciera volví a acariciarle y me despedí de él sin palabras. Dije adiós a su acompañante y ambos se fueron.

Yo permanecí un rato más allí dejándome llevar por el ritmo de la novela, sintiendo el viento en mi cara y pasando rápido las hojas mientras las palabras me llevaban a lugares tan exóticos como Hawaii, imaginando el azul intenso del agua, y pisando con la mente la arena de la playa a la par que me acordaba de películas y series de televisión ambientadas en ese entorno.

Escrito en tercera persona y en pasado, combina planos narrativos en un mismo capitulo. Hace incisos para volver al pasado y retomar alguna parte que no ha sido explicada pero es importante para el argumento de la novela. Hay varias subtramas intercaladas que se derivan de la trama principal .

Al final de los capítulos deja siempre con la intriga, una palabra, una frase final intuitiva, con un deje de suspense que obliga al lector a preguntarse que pasará a continuación a sabiendas de que la respuesta no viene a continuación. Y esa necesidad de saber más, de apremio, insta a seguir leyendo con avidez.
A todo ello se une el buen ritmo impreso y el lenguaje sencillo utilizado sin enredarse entre palabras y descripciones imposibles de descifrar y que permite seguirla con facilidad.

Tuve ocasión de hablar con la autora y preguntarle acerca de la novela en un intento por saber más de ambas.

Me dijo que la idea del libro surgió a partir de unos relatos escritos en un blog. Alguien le sugirió que hiciera un libro a partir de ellos, ya que merecían cobrar un protagonismo que no tenían perdidos entre las redes.

Según sus propias palabras:

«BAJO AMENAZA salió del caos, sin un patrón ni un esquema. Sin un orden en los capítulos.»

Me contó que las ideas se iban desarrollando en su cabeza y en un momento dado aparecía un cabo del que tirar y así fue conformando la historia. Fue un camino difícil al no tener una guía que seguir, pero gratificante cuando llegó al final y vio que el resultado era el deseado.

Y disfrutó mucho documentándose sobre los escenarios en los que se desarrolla la novela, vivió el proceso con tanta intensidad que quedó reflejado de manera muy gráfica en las páginas y eso hace que el lector identifique y haga suyo ese entorno.

Y aprendió de los errores cometidos en la que es su primera novela publicada, después de tantos párrafos escritos que tuvo que reescribir y de tantas y tantas palabras borradas.

Fue entonces cuando supo que en las siguientes novelas habría mapas, guías y anotaciones que le ayudaran a construir las historias de varios libros cuyos argumentos descansan al fondo de un cajón a la espera de ser recuperados y sacados a la luz en cuanto le sea posible ya que no puede dedicar a la escritura todo el tiempo que le gustaría. 

Ojalá sea pronto

En este libro hay mucho más que una historia de policía, maleantes, casos por resolver, trifulcas o mafias.

Es una novela con pasajes tristes y otros que arrancan sonrisas tiernas. Y hay amor, un amor intenso de juventud en una edad añeja. Hay deseos de vivir, de disfrutar de cada instante, también deseos de venganza.
Amistades cuya ausencia duele y lugares que no se volverán a visitar porque ya no se verán de la misma manera ni volverán a ser como eran.

Según me contó, éste no era el título original. Lo cambió a última hora porque le pareció que el que tiene ahora encajaba mejor con la historia pero no desechó el primero y lo tiene guardado con la convicción de encontrar en el futuro un texto ideal para él.

Me reflejé en lo narrado como si fuera un espejo y vi el deseo de un tiempo futuro, una silueta diferente dentro de un mismo contexto. Me vi yo con la misma ilusión en los ojos y unas arrugas marcadas por momentos felices. Y deseé que todo aquello que estaba pensando se cumpliera.

«En esos instantes, en los que el silencio inundaba el interior del vehículo deseó que el tiempo corriera deprisa con la única pretensión de que su paso desvaneciera las sensaciones que ahora latían al galope en su interior.»
«María Elena Tijeras/Bajo amenaza.»

El tiempo pasa y las heridas se cierran aunque quedan cicatrices que molestan con
el cambio de estación.

Y se tiene que seguir adelante porque la vida continúa avanzando aunque ya no sea igual.

Sin embargo las sombras del pasado acechan ocultas esperando el momento de hacerse visibles, dejando ese letargo en el que está sumido dentro de la mente para despertar los recuerdos cuando uno menos lo imagina.

Y en algún momento puede que las situaciones, acontecimiento e incluso las sensaciones se repitan en otro lugar y con otras personas.

Y eso asusta. Asusta que todo se repita y tenga la misma conclusión.
Quizás sea casualidad, tal vez coincidencia.
A lo mejor es el destino, ese que dicen que está escrito desde el principio.
O puede ser que no haya un motivo.
Al protagonista le persiguen las situaciones y las personas.
También el dolor y la amargura.

Yo le acompañaba en cada paso al compás de los capítulos. Con intensidad, con premura, deseando terminar pero sin querer hacerlo demasiado pronto, con la sensación agridulce que producen los buenos momentos después de un acontecimiento funesto y esa especie de culpabilidad por querer vivir de forma más intensa.

«Cuando la costumbre se convierte en ley, transgredirla no suele ser fácil, pero esa mañana no iba a ser como las demás.»
«María Elena Tijeras. Bajo amenaza»

Fui de nuevo en varias ocasiones a los jardines a leer y busqué al improvisado compañero de lectura que estuvo junto a mí aquella primera tarde pero no estaba. No volví a coincidir con él. Eché de menos su presencia y aunque no dejé de leer me pregunté si él también me habría echado de menos a mí.

«Solo deseaba que llegara un nuevo amanecer capaz de difuminar el recuerdo de lo sucedido, ya que borrarlo sería como apagar una hoguera con una gota de lluvia.»
María Elena Tijeras / Bajo amenaza.»