martes, 29 de noviembre de 2016

CUANDO EL ALMA SANGRA; ESQUIRLAS PERSONALES DE MIKEL SANZ TIRAPU.


ESQUIRLAS PERSONALES
AUTOR: MIKEL SANZ TIRAPU
      
Si el tiempo ya es una derrota, Mikel Sanz Tirapu añade a ésta, una ruptura, acrecentando con ello, las magnitudes de la intemperie. El vértigo al que nos somete, con un estilo austero, visceral y desgarrador, se configura en el eje donde realizar balance vital. Forma y contenido se confunden. La ruptura se transforma en lenguaje, distorsionándose los límites que paran escritura y existencia. A pesar de la pérdida, la memoria confía en el olvido y la nostalgia da paso a la épica para habitar el sueño de lo real, donde “completar la hazaña” de “seguir en pie”.
Inaxio Goldaracena




 Tarde de un lunes a finales de Noviembre. Está anocheciendo ya. Me acerco a cerrar la persiana. Hace frío fuera y quiero que siga así. Aparto las cortinas y miro por la ventana. Observo la calle, vacía, oscura. Me fijo en el parque solitario y las hojas que hay en el suelo. 

Mi cabeza pone en marcha el engranaje de la máquina del tiempo que hay dentro y me traslada a un viernes a principios de mes.

Son las seis y media. Se acusa la ausencia de calor y está comenzando a llover. El sofá y la manta me llaman pero no escucho. No puedo faltar a una cita en el centro de Pamplona. En apenas una hora, la librería Katakrak acogerá la presentación del poemario “Esquirlas personales” de Mikel Sanz. No hay excusa que eluda la asistencia.

Llego puntual a pesar de los atascos que se forman en la ciudad cuando llueve. Busco al autor con la mirada, le saludo fugazmente. Está pendiente de cada detalle aunque siente que hay cosas que no puede controlar. Está ansioso por comenzar y al mismo tiempo, los nervios hacen que busque la manera de conseguir el guión del evento. Le acometen dudas a última hora. Dentro de un rato, se dará cuenta de que no necesita esas pautas. Solo tendrá que dejarse llevar por Luis Tarrafeta, amigo y compañero de batallas poéticas desde la universidad que será el encargado de hacer que todo salga como estaba previsto.

Desde el comienzo se intuye el ambiente distendido en el que se va a llevar a cabo la velada. Habla de manera espontánea, con sinceridad, sacándonos una sonrisa y alguna carcajada. Dice que siempre busca en sus poemas llevar al lector a dónde él quiere aunque en ocasiones aquel sigue sus propios derroteros. Con estos poemas no busca una lectura cerebral, no pretende un entendimiento total, más bien un sentimiento, el que tenía él en el momento de dar vida a sus versos, Cuenta que lo escribió en un periodo de crisis personal. Necesitaba sacar fuera ese caos y oscuridad que tenía dentro, y quería que fuera distinto de su anterior obra. En definitiva, mostrar algo que nadie esperaba. Empezó escribiendo unos pocos poemas y lo hizo de manera rara. Le propusieron publicarlos y entonces empezó a pensar en un poemario. Según sus propias palabras: “Los momentos de crisis fueron a más y de la misma forma, los poemas también fueron a más”. Poesía de ruptura, la suya en aquel momento.  

Entre las páginas de este libro no vamos a encontrar palabras amigas. Él mismo lo expresó así: “Estaba en un periodo de crisis. Obviamente las palabras no eran amigas”.


Sonrío al recordar el día que conocí a Mikel Sanz. Fue en un taller de poesía. Para mí era el primero. La mayoría de los presentes, él incluido,  ya llevaban varios a sus espaldas. Le vi sentado en una esquina, sin hablar apenas. Le preguntaron si había escrito algo, contestó que estaba con un poemario. Realmente estaba en pleno proceso creativo, en medio de esa crisis personal origen de Esquirlas personales. Cada uno de esos pedacitos duros incrustados iban dejando de doler a medida que la tinta los iba depositando en el papel y se transformaban en versos.  Ello constituía un desahogo. Una vez liberado de la ciénaga interior, volverá a presentarse como siempre: "Me llamo Mikel y soy poeta".

Días después, hablando de este tema me aclarará que de hecho, estaba al final de ese proceso ya que el libro estaba casi terminado por entonces.

Dentro de esta obra hay versos duros. Quizá carezcan de sentido si nos paramos a analizarlos. Conforme los he ido leyendo, he apreciado todo ese dolor en los espacios vacíos, en esas palabras no dichas, en aquello que no está expresado. Aunque pueda parecer extraño, el lector entiende lo que no dice. Intenta expresar mucho con poco, y lo consigue.

Estos  poemas  deben de  leerse despacio, deteniéndose en cada pausa y dejándose llevar por esa fuerza que los caracteriza. He leído otros suyos  que no tienen nada que ver, con una belleza distinta.  Le encanta escribir sonetos mas esta no era la ocasión.

Ha incluido un poema escrito hace 20 años. En realidad, tres: La trilogía del olvido, colocada en retaguardia y precedida por el titular: Pasado esquirla.

Él mismo apunta: “Quería hacerlo. Es una manera de volver a aquella época, a mis comienzos, a mis años de Universidad. Una forma de buscar algo nuevo regresando al pasado. Un homenaje a un poemario llamado Obsesiones que no se publicó”.

Confiesa que en ese retroceso al ayer se ha plagiado versos directamente. “Me he auto plagiado”, expresó.  

                                                          También apuntó:

                                   “Cuando hablo de la poesía, hablo de la vida".
                                                    Es una constante en esta obra”.

A pesar de haber dolor, encontramos letras de superación. Intenta plasmar un lado positivo.

De pie y micrófono en mano sigue captando nuestra atención con sus palabras: “Cuando empecé a escribir los primeros poemas, cayó en mis manos Alambres,  de Lola Nieto. Es un poemario raro de cojones. No hay una influencia directa en mis versos pero sí es un referente”
 Si en lo formal ha tomado como referencia el libro anteriormente mencionado, en cuanto a temática lo ha hecho con Ártica, de Izaskun Gracia.

La escritura de Esquirlas personales estuvo acompañada por la música de Nirvana. 
Concretamente de las canciones de Bleach, su primer disco.
“I’ll take advantage while
You hang mi out to dry
But I can’t see you every night
No I can’t see you every night
Free
I do, I do, I do
(Tomaré ventaja mientras me cuelgas a secar
pero no puedo verte cada noche
No, no puedo verte cada noche
Libre
Lo hago, lo hago…” Nirvana (Extracto de la canción About a girl del Disco Bleach)





Se pone un poco más serio para transmitirnos que hubo un momento ya casi al final en que se sintió saturado y necesitó parar para escribir algo distinto. Fue entonces cuando empezó a escribir poemas en Euskera. En el libro nos espera uno. Admite que le costó pero le hacía falta desconectar y hacer algo nuevo. Cuando lo expuso en el taller no lo entendí, ahora quedaba claro.

Esquirlas personales termina con un canto final compuesto por dos poemas más extensos que los anteriores. Supuso un esfuerzo. La inspiración estaba agotada, igual que él pero no desistió. La buscó por doquier y cuando se relajó y dejó de perseguirla fue cuando los versos acudieron a él. Reconoce que descansó cuando lo finalizó.

La verdadera esencia de este poeta radica en cómo declama sus versos. Cobran vida al salir de su garganta. Declama con pasión, llenando al oyente con su fuerza. Las palabras se instalan dentro y ya nada o quizá, todo, importa.

Durante la presentación no olvida ningún detalle. Nos deleita con varias de esas esquirlas que hacen que nos brillen los ojos y tiene palabras de agradecimiento y cariño para todos los allí presentes: amigos, familia, compañeros de universidad…

Mientras tomo notas en mi libreta, absorta en el sonido de su voz al recitar, se que no lo escribiré de inmediato. El tiempo, aliado recurrente de las excusas de mi vida, se interpondrá en mi camino. No obstante, cuando lo haga recordaré cada minuto de esta tarde-noche oscura y lluviosa en la que Mikel Sanz nos ha mostrado esas esquirlas que ya no duelen porque no están dentro de él ni son solo suyas. Me acompañará también Nirvana aunque yo sentiré algo distinto y mis letras serán diferentes.

Por supuesto, no se olvida de nosotros, sus compañeros de taller. Estamos la mayoría, apoyo incondicional en sus malos momentos y presentes en los buenos. Difícil esconder su emoción, imposible ocultar nuestro orgullo. Satisfechos de ser partícipes aunque haya sido de forma microscópica e incluso indirecta de esta maravillosa historia.

Es hora de regresar. El DeLorean de mi mente me trae de vuelta a la oscuridad de este lunes a finales de Noviembre, al futuro de ese pasado vivido. El otro, el que está por venir no interesa. Ya lo iré descubriendo poco a poco, no hay prisa.

                                    Ideales texto utopía
                                                   vivirpapel



                                                f u t u r o
                                                             (Manifiesto: Mikel Sanz)
                                                                       (Esquirlas Personales)



Es tarde. Bajo la persiana y me siento frente al ordenador.
                                                               









domingo, 20 de noviembre de 2016

UNA TARDE EN "EL BOSQUECILLO", CON RITXI PÓO Y SU POEMARIO "TRAMPAS AL SOLITARIO"




TRAMPAS AL SOLITARIO


AUTOR: RITXI PÓO


Es esta una obra arriesgada, valiente, comprometida. Poesía para los lectores más exigentes. Poesía sin retórica, directa a la mandíbula del lector. Poesía de la mejor calidad, cotidiana, segura de sí misma, sin otro compromiso que pone en entredicho algunas "verdades" y hacer justicia.

Katy Parra.





Preciosa tarde la de ayer sábado, 19 de noviembre, en Pamplona.

Lugar: El Bosquecillo, entrañable cafetería situada en un hermoso lugar cerca del centro de la ciudad.

     Ritxi Póo presentaba su poemario titulado “Trampas al solitario”. Tuve el honor de asistir y tengo que decir que fue un lujo compartir espacio con todos los poetas y amantes de la poesía que, al igual que yo, acudieron para acompañar y arropar a este gran poeta.

    Yo no conocía a Ritxi, no había leído nada suyo pero tuve la suerte de hacerlo ayer y he de apuntar que no dejaré de seguirle y mucho menos de leerle.  Este poeta de Portugalete que vive en Bilbao, nos deleitó con sus versos y nos contó que hay detrás de este poemario.

     La velada comenzó con una breves palabras de Mikel Sanz, poeta erigido en conductor de esta tarde maravillosa. Dio paso a Teresa Ramos, que tras una bonita introducción nos preparó para aquello que íbamos a encontrarnos en el poemario. Nos presentó al autor y leyó alguno de sus poemas. En ese momento me di cuenta de que detrás de “Trampas al solitario” había mucho, bastante más de lo que hubiera podido imaginar.

     Y entonces, comenzó a hablar Ritxi. Dijo: “Busco el lado humano de las noticias” y ahí supimos que lo que venía a continuación iba a ser diferente y nos iba a dejar tocados.


      En su obra, se encarga de mostrarnos todas esas historias que se esconden tras muchas personas, todas esas situaciones que tienen lugar en la vida y que no conocemos. Quizá no queramos hacerlo. Ya lo dice en el prólogo, Ana Pérez Cañamares; “Todo está pasando desde siempre, una y otra vez: lo bueno, lo malo y lo peor”. “Precisamente por eso, porque lo fácil sería agachar la cabeza..” “De aquí nace Trampas al solitario”, de no poder callar lo que ya se sabe pero nunca se dice lo suficiente”.

     Intenta suavizar un poco la dureza. Lo cierto es que al leer los poemas el lector advierte esa belleza que imprime a las palabras. Él nos dijo que había un poema de amor aunque indicó que en todos había amor. Estoy de acuerdo, en sus poemas hay amor, son bellos, emocionan. Los siente y hace que quién los lea los sienta también.

     He leído el poemario despacio, así es como debe hacerse, degustando cada palabra, cada verso.  Hay que dejarse llevar por cada poema, digerir cada instante, hacerlo propio y dejar de mirar para otro lado, dejar de silenciar todo eso que nos hace sentir incómodos y que creemos que por no hablar de ello desaparece.

     Mientras Ritxi hablaba, a través del ventanal que había detrás de él podíamos contemplar como caían las hojas dotando a la escena de una intimidad y una hermosura difíciles de explicar. Las hojas no dejaron de caer durante todo el tiempo que estuvimos allí. Acompañaron sus versos.

    Hay cuatro partes en el libro. Cada una de ellas va introducida por una cita que anticipa lo que vamos a descubrir en esas páginas cubiertas por la tinta de unos sentimiento escritos cargados de realidad.

I VERDADES DE MENTIRA.

                                                  "que ni siquiera podemos ya imaginar
                                                          lo que sería una sociedad decente
                             salvo como resultado de inimaginables catástrofes".

                                                                           JORGE RIECHMANN

                                                                
II DICEN HOY LAS NOTICIAS.
                                                                 
"Si hay muertos, esto no es teatro,
Cuando hay muertos, es una guerra."

ANA PÉREZ CAÑAMARES.




III EN LEGÍTIMA DEFENSA.

                                                                  
"El mundo sigue sin gustarme
pero la vida me parece irresistible."

KARMELO C. IRIBARREN.




  IV MINUTOS DE LA BASURA.


"¿Viaja en este tiovivo algún psiquiatra?"

KATHY PARRA.


     Todas con mucho contenido, intensas, duras, extraordinarias. Hay muchas cosas que me impactaron de aquello que contó y otras muchas que lo han hecho al sumergirme en las letras. Nos deleitó con alguno de los poemas de su anterior obra: "Abajo las persianas". "Para que no sea todo tan duro", remarcó.


     Tras su intervención, se dio paso al micrófono abierto. Participamos varios de los asistentes. Fue un momento especial para mí. Era la primera vez que declamaba en público. Tuve la suerte de contar con unos oyentes de excepción. Fue extraordinario sentirme parte de ese todo que en ese momento era LA POESÍA. Ella era la protagonista y nosotros unos personajes secundarios unidos para disfrutar de los sentimientos de cada uno. Como siempre que se está en buena compañía, el tiempo no tiene impotancia.


     Y al final, Teresa volvió a dedicarnos unas palabras y la magia siguió en el ambiente. Acabó una tarde maravillosa que dará paso a muchas más.

   



Por supuesto tengo el poemario firmado por Ritxi. Un libro acompañado de las palabras de su autor cobra vida, lo convierte en único. Mientras escribía la dedicatoria, me dijo: "me ha gustado mucho lo que has leído". Solo acerté a decir: "gracias". No hacía falta más. A modo de despedida, un abrazo.

Mientras, tras las ventanas, los árboles seguían dejando que el viento se llevara sus hojas.
                                                              

miércoles, 16 de noviembre de 2016

VELA DE CUMPLEAÑOS



Hace unos meses puse una vela más en mi tarta y fui feliz. Escribí pensamientos y emociones que sentía y él, a mi lado disfrutó de mi felicidad. Hoy, 15 de noviembre hemos colocado una nueva vela en su tarta. Hoy era Alberto quién debía disfrutar del cariño de la familia, de los amigos más cercanos y de todos aquellos que no lo están tanto y por escrito han querido dedicarle unas bonitas palabras.

Ahí estaba yo, a su lado, cuando nuestra hija le ha enseñado la tarta que había hecho para él. Una tarta de chocolate decorada con el escudo de Osasuna fabricado con ladrillos de regaliz de colores. Una preciosa y riquísima tarta.

Detrás de esa tarta había esfuerzo e ilusión. Es difícil describir con exactitud la cara de orgullo de Alberto al ver el detalle y el trabajo realizado por su niñita, porque, para él, siempre será su niñita. Del mismo modo, yo tampoco soy capaz de contar con claridad la emoción que sentí yo al verlos.

Ya son muchos los cumpleaños que hemos celebrado juntos. Cada uno con su encanto especial. No obstante, el comienzo siempre ha sido el mismo: yo a la espera de que den las 12 de la noche para ser la primera en felicitarle con un tierno beso en la nariz, un simpático gesto que ya se ha convertido en tradición. A continuación, deposito otro en sus labios al tiempo que digo: “felicidades”. Estos pequeños “detalles” hacen que nos queramos cada día un poquito más.

Sin embargo, el de hoy ha sido distinto. Ninguno de los que estábamos a la hora de comer hemos dicho nada pero estoy convencida de que al igual que yo, se han fijado  en ese lugar vacío que había hoy en la mesa y han echado de menos el sonido de esa risa que ya no se escucha y jamás olvidaremos.

No es momento de ponerse triste. Me acabo de dar cuenta de que ya es dieciséis de noviembre. El día ha pasado rápido, con esa velocidad que caracteriza al tiempo y no es imposible detener.

No hace falta una celebración ostentosa para que las situaciones sean especiales. Basta una mirada, una sonrisa, una caricia en la mano. No hace falta decir nada porque al margen de las palabras, los gestos lo dicen todo.

Ahora, por fin comienzo a escribir todo lo que mi mente ha ido almacenando a lo largo del día esperando el instante de plasmarlo. De repente, he sentido que él estaba detrás de mí.

-¿Qué vas a escribir?- ha preguntado

-Un relato sobre tu cumpleaños.

Me ha dado un beso de buenas noches y se ha dado la vuelta. Despacio, se ha dirigido al dormitorio. Antes de cerrar se ha quedado parado unos segundos.

-¿Cómo terminará?- ha dicho

-¿Qué?

-El relato, ¿cómo va a terminar?

-Siendo tú el protagonista.

Entonces, él ha apagado la luz y yo he encendido el ordenador. 

martes, 15 de noviembre de 2016

UN NUEVO CAMINO EN LA VIDA



En ocasiones, hay que pararse un minuto en la vida y echar una última mirada atrás para seguir adelante. Pasar esa página en la que uno se ha detenido. Es necesario, incluso, cerrar el libro y comenzar uno nuevo aunque no se haya llegado al final.

En ocasiones, hay que tomar esa decisión que se lleva posponiendo sin saber cuánto y que ya no se puede demorar más.

Sin embargo, cuesta dar por finalizada toda una vida, dar ese paso que indique que se ha cambiado de rumbo y de dirección. Pesa demasiado la distancia y es difícil borrar esas huellas que han quedado marcadas en un camino recorrido una y otra vez.

Y, de repente, llega ese día en el que la zona de confort se vuelve incómoda, la senda se convierte en montaña, la puerta que se halla detrás  se comienza a cerrar y solo se puede mirar hacia adelante. No obstante, hay una resistencia a dar ese portazo, así que queda entornada hasta que un golpe de viento resuelve la situación.

A partir de ahí, todo cambia. Aparecen retos que parecen imposibles de afrontar y que asustan y mucho. Entonces, hay que pensar que todo es posible, que merece la pena seguir aunque haya que franquear montañas escarpadas y bajar precipicios para encontrar el valle. Y hay que hacerlo despacio, con seguridad, mirando al frente y con confianza. Y por supuesto, hay que dejarse ayudar por quiénes están alrededor y ven las cosas con bastante más claridad. Es un viaje que no se debe hacer en soledad aunque el primer paso sea cosa de uno.

A mí no me gustan los cambios. Me asusta enfrentarme a ellos y no ser capaz de salir airosa pero soy consciente de que no se puede vivir anclado en un momento de la historia caduco y obsoleto que la memoria se esfuerza por mantener.

Y, en ese nuevo recorrido, se hallan otras muchas personas que han hecho el mismo camino de manera paralela y al cruzar la calle se ven. Basta un minuto para darse cuenta de que ya ninguno forma parte de ese ayer que duele, lo hacen de ese mañana que se ha convertido en hoy.

Me vienen a la memoria unas palabras que escuché el pasado domingo en el programa de radio “Una hora contigo”, que se emite los domingos en RADIO CITA CON LUNA (radio digital de la que ya he hablado anteriormente). Juan José Pina, locutor y conductor de dicho programa, decía que solo tenemos una vida y hay que vivirla intensamente para no llegar al final de la misma preguntando: “¿Qué habría pasado si hubiera hecho aquello?. Yo lo habría intentado”. Muy ciertas esas palabras. No se puede desperdiciar ni un minuto, el tiempo va demasiado deprisa y no deja espacio para las dudas.

Es fácil dejarse llevar por la rutina y  las excusas. Ah!!, benditas excusas, una constante en la vida que habitualmente no se admite. Es mejor decir que no alcanzan las horas del día para hacer algo que aceptar el miedo a fracasar. Aunque claro, sin el intento, el fracaso está asegurado.





miércoles, 9 de noviembre de 2016

AL CABO DE 25 AÑOS.


Cada mañana, al despertarme, doy gracias por poder disfrutar de un nuevo día y además, me levanto con la convicción de que va a ser especial. Estoy segura de que habrá un momento, una situación, un encuentro fortuito, la llamada de esa persona de la que hace tiempo que no se nada o un beso de buenas noches que hará que se cumpla.

Sin embargo, hay días que además, son extraordinarios, únicos. Nosotros hacemos que lo sean. El domingo pasado nos reunimos unas cuantas compañeras del instituto. Hacía mucho que no nos veíamos. En los últimos años nos hemos ido localizando poco a poco a través de las redes sociales o encuentros circunstanciales. Por supuesto, nos unimos a esa moda de los grupos de whatsApp para mantener el contacto y tras varios intentos y conversaciones, al final logramos organizar una comida. Una buena excusa para pasar un rato juntas. No estábamos todas pero nos acordamos de quienes no pudieron acudir y de aquellas a las que no logramos localizar o que habiéndolo hecho se hallan viviendo fuera de Pamplona.

El tiempo pasó volando entre risas, recuerdos de juventud, momentos pasados que jamás olvidaremos y brindis rememorando los veinticinco años transcurridos desde que empezamos a estudiar juntas.
Revivimos las horas de estudio y los momentos pasados en la cafetería junto al instituto. Imposible olvidarse de aquellos pinchos de tortilla de patata. Nos preguntamos si seguiría existiendo, alguien comentó que si. Volvimos a contar aquellas historias y anécdotas que quedarán entre nosotras cual secretos de confesión que jamás contaremos porque es algo que pertenece solo a las protagonistas, es decir, nosotras. Por eso y porque hay cosas que como hijas nunca hemos dicho y como madres es mejor no decir.

Ahí estábamos, charlando sin parar y sin los silencios incómodos que suelen acompañar los reencuentros de personas que no han hablado hace mucho. Era como si el día anterior hubiésemos dejado una conversación pendiente que no pudiera esperar más tiempo a ser retomada. Teníamos tantas cosas que contar y que escuchar.

Descubrimos cada una la vida de las demás, con sus obstáculos, problemas, idas y venidas y nos asombramos de la fortaleza de cada una para superar esas pruebas que la vida nos ha ido poniendo. Detrás de la sonrisa de cada una había una dificultad o una pena que nos acompaña cada día y que intentamos superar aunque en ocasiones nos cueste. Nos dimos cuenta de que seguíamos siendo las mismas aunque con unos años más y curtidas en mil batallas que nos ha hecho más fuertes.

Fuimos felices. Disfrutamos de la compañía y la cercanía de una amistad sincera que el paso de los años no ha erosionado. Nos olvidamos de lo que había a nuestro alrededor, paramos el tiempo y nos trasladamos a ese lugar donde la menor dificultad se convertía en un obstáculo insalvable cuya solución radicaba en el consejo y ayuda de las demás.

Antes de despedirnos nos hicimos esa foto que permanecerá en nuestra memoria y en el perfil del whatsApp hasta que nos volvamos a reunir que no será dentro de mucho ya que antes de irnos hicimos la promesa de repetirlo pronto y, con aquellas que no habían podido estar.

Seguro que lo cumplimos. Quedó tanto por decir y tanto por lo que emocionarnos...

Mientras, por mi parte,  recordaré con una sonrisa cada palabra dicha y escrita aquí ahora. Seguro que vosotras, al leerlo, haréis lo mismo.

Y como prometí, aquí va el poema que dije que escribiría y que va a dedicado a todas nosotras que estudiamos Secretariado Bilingüe y Comercial en María Ana Sanz hace 25 años.






TANTO TIEMPO...

El tiempo pasa,
deprisa,
sin esperar,
sin darnos una tregua
o un momento de reflexión
y nos muestra unas huellas,
profundas tras recorrer
tantos caminos,
unas veces con esfuerzo
otras con lágrimas
pero siempre con ilusión
de repente,
poco a poco
empezamos a encontrarnos
y volvemos a ser un grupo,
mas ahora,
curtido en experiencias,
en pruebas
que la vida nos ha puesto
y superar hemos sabido.
Entonces,
nos reunimos como antaño
cada recreo
y recordamos instantes,
lugares,
situaciones y personas.
Somos las mismas
pero diferentes,
hablamos
y nos conocemos de nuevo,
el tiempo se para
sin que nada
veamos alrededor,
ahí, en ese instante,
volvemos a los veinte años,
a los diecinueve,
incluso a los dieciocho
y revivimos el sentimiento
de una edad pasada
que en el recuerdo queda
y nada importa,
solo nosotras.
Al despedirnos,
la promesa de otro encuentro
nos acompaña,
mientras,
cada día sale el sol
y al atardecer
la luna va a recibirnos
con los sueños de una vida
que, de la noche a la mañana,
vuelven a ser realidad.


Autora: Arantxa Murugarren