PÉTALOS BLANCOS Y RIMAS PARA SOÑAR.
AUTOR: Miguel Ángel Martínez Janáriz.
En palabras del autor sus poemas son una puerta
abierta a la esperanza y un canto a la naturaleza y al entendimiento entre los
seres humanos. Poemario intimista con gran sentido del ritmo y de la métrica,
en ningún momento se olvida de la poética modernista del verso libre.
Abril no fue el mes de temperatura suave que se presupone por ser primavera. Ni fue el mes de lluvia que clama el refrán. Desde los albores de mayo me asomo a los últimos días de su antecesor. Me paro en el 28. Un día más en la vida de la mayoría. Especial sin embargo en la de Miguel Angel Martínez Janáriz: “Michel” para muchos de nosotros, tal vez para todos.
Ese día iba a presentar su primer poemario: Pétalos blancos y versos para soñar.
Muchos meses de trabajo, esfuerzo y dedicación hay detrás de esas
páginas, detrás de cada verso. Madrugadas de desvelo buscando ese verso perfecto
con el que acabar un poema, días con la mente ausente esperando esa inspiración
que no llega y cuando lo hace es tan inoportuna que se corre el riesgo de
perderla si no vas tras de ella en ese mismo momento.
Estaba emocionado y expectante. Yo no podía faltar a la cita. No debía
hacerlo.
Michel es compañero de batallas narrativas en los talleres de escritura
creativa. En uno de ellos le conocí. Era el primer taller al que acudía yo,
quizás también lo era para él.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y hemos coincidido en algún otro
taller además de mantener el contacto fuera.
Siempre es gratificante y bonito asistir a los momentos especiales de
los compañeros, de los amigos. Compartir con ellos esos instantes felices.
Así se sentía él: agradecido e ilusionado.
Faltaban menos de quince minutos para las 19:30 cuando llegué. En las
inmediaciones de la librería Auzolan de Pamplona había mucha gente esperando el
momento de entrar. Él, anfitrión esa tarde, tenía palabras de agradecimiento y
saludo para todos. Se alegró de verme, yo me alegré de estar allí. La librería
se llenó. Apenas quedaba espacio para pasar.
El evento estuvo presentado por Javier Blázquez, gran amigo y escritor
que unas semanas antes había presentado su segunda novela.
De forma cercana, Javier hizo una pequeña introducción del autor. Nos
contó algunos aspectos de su vida que yo no sabía y, de esa forma, pude conocer
un poco mejor al poeta. Se notaba el sentimiento, se notaba el cariño. En los
asistentes se podía advertir también.
Empezó agradeciendo nuestra presencia. Dijo que sentía mucha
satisfacción.
“He soñado este momento desde pequeño”.
En ese momento pensé que yo también he soñado muchas veces una situación
similar.
Ahora, mientras lo escribo vuelvo a pensarlo. En mi mano está que algún
día sea realidad.
Y entonces, nos contó aspectos de su vida. Nos contó cosas de su
infancia. Desde pequeño su vida estuvo muy ligada a la agricultura. Eso hizo que la naturaleza haya sido muy
importante para él gracias a que creció entre ella. Añadió que ha sido y sigue
siendo una de sus fuentes de inspiración.
Esa combinación agricultura-naturaleza tiene mucha relevancia en sus
escritos, en sus poemas, en su trayectoria, tanto personal como poética.
En ellos habla de cómo entiende el mundo y la vida. Sobre todo, la vida.
¿Cuándo empezó tu vocación literaria? -pregunta Javier
Hace diez años aproximadamente -responde Michel. Es una vocación tardía.
Abril y Mayo son meses que le inspiran especialmente. Ese despuntar de
las flores le parece tan bello que no puede dejar de escribir sobre ello.
A través de sus palabras nos pudimos enterar de su admiración por Neruda
o Benedetti y de la influencia en sus poemas de poetas como Federico García
Lorca, Luis Cernuda, Antonio Machado o Gustavo Adolfo Becquer.
Y entre preguntas y respuestas, nos iba deleitando con algunos de sus poemas.
Unos eran alegres, otros un poco menos.
Unos eran alegres, otros un poco menos.
“Hay que escuchar esa emoción y dejar salir ese interior que tenemos”.
La experiencia es una de las vías que utiliza. A través de los recuerdos, de momentos tristes y duros ha escrito poemas muy bellos.
Mencionó algo que me gustó mucho. Me sentí identificada: “La poesía no se puede forzar. Hay días que no sale”.
Es cierto. A veces, por mucho que lo intentas, las palabras no acuden a la mente y la pluma es incapaz de plasmar aquellos pensamientos y sentimientos que no quieren ser escritos. Llegará el momento en que se mostrarán y entonces es cuando hay que escribirlos.
Se sinceró con nosotros, desnudó su alma, al igual que hace en sus poemas.
Reconoció que le costó mucho escribir alguno de los poemas, que los ha dejado en cuarentena antes de terminarlos o de rescatarlos para este poemario. Algunos de ellos, recogidos en esta obra, los escribió hace diez años.
He leído el poemario despacio, con mimo.
Como siempre que leo poesía.
Como pienso que debe leerse siempre.
Degustando cada palabra, cada verso, cada situación plasmada por el poeta.
Sintiendo la emoción de algunas estrofas, la soledad de otras, el miedo, la esperanza, la alegría. Todos los aspectos de la vida que le han inspirado.
Sintiendo la emoción de algunas estrofas, la soledad de otras, el miedo, la esperanza, la alegría. Todos los aspectos de la vida que le han inspirado.
Todos esos sentimientos que despojan al poeta de ese pudor que tiene algunas veces. Se muestra tal y como es. Con sus cosas buenas y sus cosas malas.
El lector lo advierte.
Y se deja llevar.
Mientras declamaba, en más de una ocasión cerré los ojos para solo escuchar. Para dejar que el sonido de la voz impregnara mi piel. Para disfrutar de ese ambiente poético en la intimidad, como si únicamente estuviéramos allí la poesía y yo. Los abrí y vi que no era la única que lo hacía.
Mañana te irás
con tu
maleta vieja
asida de tu
trémula mano.
Sé que
caminarás con prisa
agitada por
las cosas
y por los
acontecimientos
tristes de
estos días.
(Fragmento del poema: “Mañana”
Pétalos Blancos.
Miguel Ángel Martínez Janariz)
El tiempo pasaba rápido. Siempre ocurre cuando se pasa bien. Los minutos se escapaban del reloj y yo tenía muchas preguntas que hacer. Quería saber más cosas.
No obstante, mis labios permanecían cerrados. No lograba dar ese paso que siempre quiero dar en las presentaciones de libros y siempre también, se queda en una intención.
Y de repente, pregunté:
¿Por qué ese título? ¿Por qué pétalos blancos?
Escribí un poema titulado así y pensé que sería un buen título para el libro. Me gustó mucho -contestó.
Es un título acertado. Los pétalos son suaves y delicados al igual que el contenido de esta obra.
Tengo que reconocer que me gusta saber el origen de los títulos de las novelas, de los libros de poemas. Me gusta saber por qué los autores han elegido un título en concreto, qué les ha instado a ponerlo. Es una pregunta que suelo hacer a los escritores cuando me firman el libro.
Con pena.
Con rabia de no estar más tiempo.
Con los ojos brillantes.
Con ganas de escuchar más.
Habrá más ocasiones.
Habrá más momentos.
En nuestras retinas, la imagen de esos cerezos en flor de la portada. Esos cerezos en todo su apogeo haciendo todavía más bella la primavera. Los mismos que le han llevado de vuelta a los recuerdos de su infancia muchas veces.
La noche se nos echó encima y la inspiración acudió a nuestra llamada.
Qué fácil
sería vivir en armonía
con los pobres
con los feos
con los
niños de acogida.
Qué fácil
sería compartir la comida
repartir el
dinero y vivir en alegría.
(QUÉ FÁCIL SERÍA:
Miguel Angel Martínez Janáriz
Pétalos
blancos)
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