sábado, 24 de junio de 2017

UNA LUCHA POÉTICA. PRESENTACIÓN DEL POEMARIO: PRESUNCIÓN DE CONCIENCIA DE IBON ZUBIELA.

PRESUNCIÓN DE CONCIENCIA.

AUTOR: IBON ZUBIELA MARTÍN.

Supongo que toda escritura rigurosa y exigente es una especie de viaje de redención al interior de uno mismo. Es una prueba de resistencia, aunque la poesía no de respuestas y plantee nuevos interrogantes.

Lean.

Lector y poeta alimentan la hoguera en la que arder.

Ardamos juntos.
                                               (Del prólogo. Enrique Cabezón)




En verano, me gusta levantarme temprano y mirar por la ventana. Disfrutar de la claridad del día recién estrenado y escuchar el suave trinar de los pájaros al despertar.

Hace apenas unos días que nos dejó la primavera, sin embargo, el calor sofocante del verano nos ha visitado antes este año.

Hoy ha amanecido nublado. Se agradecen esas nubes y ese frescor de la mañana. Mientras estoy divagando acerca del tiempo acuden a mi mente los recuerdos de otra tarde en El Bosquecillo, nuestro emblemático lugar poético, nuestro punto de encuentro muchas tardes de viernes. El pasado viernes, 19 de junio tuvo lugar el último evento de la temporada. Y allí nos dimos cita una vez más, con ilusión y ganas de encontrarnos a pesar de vernos a menudo. Con ganas de poesía, de risas, de emociones.

Con ganas de compartir y departir con los amigos.

Ibon Zubiela vino desde Bilbao a poner el broche de oro a la temporada con su poemario: Presunción de Conciencia. Fue una tarde maravillosa, cargada sentimiento, tal vez como lo son todas o quizás como no lo son ninguna, porque cada tarde es diferente.

Nuestras veladas en “El Bosquecillo” tienen algo que las hace mágicas. Tienen esa capacidad de transportarnos al lado poético de las cosas. Hacen que nuestra realidad sea más pura, que nos parezca otra aunque no lo sea, aunque los versos nos transmitan esa dureza que nos rodea.

En esta ocasión la introducción la llevó a cabo Mikel Sanz Tirapu, maestro de ceremonias que nos presentó al autor. Mikel dijo en la presentación que “escribir en sí mismo es un acto revolucionario”. También apuntó que la poesía era intangible, inmaterial, algo que lanzaban los poetas sin esperar nada a cambio.

Escuchábamos captando cada detalle.
Dejándonos llevar por aquello que relataba y sintiendo lo que él sentía al hablar:
Pasión por la poesía.

Nos habló de Ibon y de su libro, del que dijo que era “un libro revolucionario que buscaba un intento por cambiar el mundo”.

Escribir poemas no va a cambiar el mundo, dijo, “pero puede cambiar la manera de pensar de las personas. El mundo lo podemos cambiar quienes leemos un poema, un libro, quienes escuchamos una canción.

Yo asentía mientras escuchaba. Me fijé en que no era la única.

Y siguió hablando de Ibon, de esa necesidad del poeta por contarnos la injusticia para hacernos partícipes y que tomemos parte a favor de la esperanza. Su poesía entronca con la tradición de la Poesía Social. Para este autor, la poesía es un arma cargada de presente, donde el futuro es la meta, mientras que el hoy es la lucha. Tal y como dijo Míkel, escribe poesía y punto. Y nos habla del amor, del paso del tiempo… Y lo más importante, sus poemas son como es él, muestra su punto de vista, muestran su día a día, el nuestro, el de todos.

Y sin embargo, sus poemas son intimistas.
Y después de esa fantástica presentación dio la palabra a Ibon.


No era la primera vez que venía a Pamplona, ya lo había hecho hace algunos años con uno de sus anteriores libros, pero sí era la primera vez que venía al Bosquecillo, la primera vez que veía nuestros ventanales sinónimos de poesía. La primera vez que miraba a través de nuestros ojos expectantes.

Comenzó leyendo un texto que había escrito para la ocasión, en el que desnudaba su alma y se presentaba sin tapujos, sin adornos que recargaran un texto ya de por sí bello. Un texto duro, sincero, cercano y real. Un resumen de su vida, de sus experiencias.

Nos acercó a él con frases tan bellas como:

he llorado por dentro el recuerdo de tiempos pasados sin saber si fueron mejores.
He aprendido del silencio a escuchar, a decir solo lo importante y a escribir las emociones de obreros y barricadas…
…suelo llorar ante las derrotas que nos infringen cada día…
…me he rebelado contra el viento y sus molinos…

Un cúmulo de sensaciones me recorrían mientras le escuchaba con atención, captando la esencia de cada letra, de cada frase, de cada párrafo bien hilvanado y compuesto de momentos vividos, de experiencias, unas solitarias y otras en compañía.

De esa lucha que proclama en sus poemas. Si él lucha cada día, como no lo va a plasmar en sus poemas, había dicho Míkel unos minutos antes.

Cuando vino hace tres años habló de que quería escribir en euskera para que lo leyera su hija y porque es la lengua que ama.

El poemario tiene cinco partes y sigue un patrón. Comienza con un poema en castellano (sin traducción al euskera) y termina con un poema en euskera (sin traducción al castellano). Las tres partes que están en medio lo componen poemas que están plasmados en castellano y en euskera.

El prólogo es en castellano y está escrito por Enrique Cabezón. Bella introducción para un exquisito libro.

Y el épilogo, como no podía ser de otra manera y siguiendo esas pautas que componen el libro, está escrito en euskera, aunque en esta ocasión si lo ha traducido. Pablo Müller le aconsejó que lo hiciera para que todo el mundo pudiese disfrutar de esas palabras.

PARTE I:

MI OTRO YO.

Se compone de un solo poema de amor dedicado a su pareja. De hecho es un acróstico precioso, escrito con dulzura. Deleita al lector con cada palabra, con cada verso escrito con delicadeza. Está escrito como ya he apuntado anteriormente solo en castellano.


PARTE II:

PRESUNCIÓN.

Nueve poemas componen esta parte. En ellos hay una búsqueda interior. Es una parte con rasgos de metaliteratura.

                                                                            4.- POESÍA

                                                       La poesía es un puente
                                                        entre la realidad
                                                                  y la pasión
                                                                que permite contemplar
                                                               las dos orillas.                              
                                                                                     (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)


PARTE III:

CONCIENCIA.
Compuesta al igual que la anterior de nueve poemas, es la más social de todas. La que nos lleva a la actualidad, a los sucesos y hechos que nos rodean. A esa realidad cruda con la que nos despertamos cada mañana y que sigue ahí cada noche.

                                 13.- SUELO SOÑAR JUÁREZ
                                                                   … suelo soñar
                                                                           los muros de la vergüenza
                                                                         que perpetúan y acorralan
                                                                        las diferencias abisales
                                                                       de la historia y el hambre
                                                                      sin más futuro que el ayer…
                                                                                                         (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)

PARTE IV:

ZAPATOS AJENOS.

Como las dos anteriores, consta de los mismos poemas, en castellano y en euskera. Ésta es la parte más intimista del poemario. Son poemas escritos desde dentro, desde la emoción, desde una mirada íntima que saca al exterior. Desde el dolor que a veces se acurruca en el interior de uno mismo.

                            28.- INSOMNIOS

                                             …La lluvia no es suficiente
                                                  para limpiar los ojos
                                                de neutrales individualidades
                                                y ver más allá de los ombligos
                                               construir un tanque de tormentas
                                              alejadas de las trampas de los espejos…
                                                                                                 (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)


PARTE V:

IPAR ORRATZA.

Esta quinta y última parte contiene un único poema en Euskera sin traducción al castellano. Es un poema de amor a la lengua que ama.

                                29.- IZKUTUTAKOA

                              euskarak
                                                            koloretako nortasuna oparitzen digu
                                                          euskalduna izan nadin
                                                        euskaraz hitz egiten
                                                                                                  (Presunción de conciencia: Ibon Zubiela)


Es un poemario escrito con mucho mimo y cuidando cada detalle. Es una delicia leerlo y observar su composición. Todo en este libro tiene su porqué. Está hecho a conciencia, meditado. El autor ha pensado en todo, incluido ese bolígrafo con tinta gris metalizada que resalte en la hoja negra al firmar el libro dedicándonos unas bonitas palabras que den más vida si eso es posible, a este libro.

Después de hablarnos del libro, de sus vivencias, de todo lo que le ha impulsado a escribir, nos deleitó declamando unos poemas.

Envolviéndonos en un ambiente en el que solo estábamos él y nosotros.
Ajenos a los ruidos externos.
Ajenos a cuanto ocurría tras los ventanales.



Atrapados por el sonido de una voz, por el sentimiento de unos versos.
Tras los cristales la luz de la tarde comenzaba a difuminarse dejando paso a la noche, a una luna que intuíamos. Dejando constancia de ese tiempo que no para de correr.

Se dio paso al último micro abierto de la temporada.

Con un cambio de dinámica esta vez. Comenzó Mikel recitando unos poemas que no eran suyos. Eran de una persona que ha estado ahí desde el principio. Detrás de la barra del bar. Escuchando cada viernes nuestros poemas. Soñando con recitar algún día los suyos.

Esa persona era Nadia, la camarera. Es búlgara y no domina bien el castellano. No se atreve a recitar todavía. Nos dedicó unas palabras. Dijo que no escribe bien pero que tiene mucho sentimiento, el mismo que ha plasmado en los poemas que ha declamado Míkel Sanz. También dijo que la preocupación no le dejaba hablar. Realmente era la emoción quien le impedía expresarse.

Fueron instantes especiales. En los micrófonos abiertos hay muchos. Son momentos improvisados que no se olvidan y le dan esa magia a las veladas poéticas.

Y como siempre, fuimos compartiendo nuestros versos, captando imágenes que no solo queden en la retina. Diluyendo emociones que nos traspasaban.

Y al final, Ibon declamaría un último poema.
El que pondría fin a la velada.
El que cerraría la temporada.
El que abriría nuestro corazón y nos dejaría con la sonrisa en los labios.
El que no sonaría a despedida porque nunca decimos adiós.



“…me gusta la luz que come sombras, por eso, tan solo poseo la certeza inútil de quien ha vivido y la decisión inquebrantable de no rendirme.”
                                                                              IBON ZUBIELA: 19/06/2017

                                                                          EL BOSQUECILLO - PAMPLONA

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