TITULO: LA DECISIÓN DE
UNA DAMA
AUTOR: TRIXIE GEORGE
GÉNERO: FICCIÓN HISTÓRICA/ROMÁNTICA
SINOPSIS:
Una dama debe sonreír siempre, estar al día de las últimas
tendencias de moda y ser amable en todo momento. Además, una dama nunca debe
tomar decisiones por sí misma, sino obedecer a las de su padre o su esposo. Eso
es lo que lady Verity ha oído toda su vida, y lo que debe poner en práctica
cuando llega a Londres dispuesta a encontrar esposo.
Con lo que ella no contaba es con una sociedad llena de
hipocresía y apariencias que la sacan de quicio. Tampoco con verse atrapada
entre el amor de dos hombres muy distintos… ni con que terminaría enamorándose
del único que nunca podrá pertenecerle.
En un Londres lleno de peligros y secretos, Verity deberá
luchar por mantener intacto su corazón… y también su vida.
OPINIÓN PERSONAL:
A veces cuando se termina de
leer un libro cuesta comenzar otro. Da pereza e incluso pena abandonar a los
personajes que nos han acompañado durante un tiempo, y es difícil dejar esos
paisajes y lugares visitados en ese viaje o esa historia.
En ocasiones es
difícil la elección de una nueva historia que llene como la anterior, que deje
en el recuerdo lo que se ha vivido con anterioridad. Y entre el abanico tan
amplio de historias y géneros es una tarea casi titánica decidirse por un libro
en concreto.
Esta no fue muy difícil.
Era la lectura propuesta en el Club de Lectura de un grupo de Facebook. Hacía
tiempo que había reparado en ella, que me había llamado la atención su portada
y los comentarios que había leído sobre ella, también los textos que la autora
había ido insertando en el grupo. Y en contra de mis principios de no leer la
sinopsis, lo hice y me llamó la atención así que, a pesar de no tener demasiado
tiempo para dedicar a la lectura, me adentré en esta historia que proponía la
autora. Me trasladé a Londres en esa época de miriñaques, corsés, tardes de té
y bordados junto a mujeres a la sombra de padres o esposos.
Me apetecía
leerla, cambiar de género, de registro, sumergirme en el romanticismo de esa
ficción histórica. Hacía mucho que no leía una novela de este tipo.
La comencé después
de un día de mucho ajetreo y me trasladé a la historia enseguida, en un intento
por olvidarme de cuanto me rodeaba y buscando encontrar un momento de calma a
través de las palabras.
Y lo encontré.
Y me dejé llevar
desde el principio por todo lo relatado entre las páginas, por ese lenguaje sencillo alejado de un
vocabulario rebuscado. Con ello consigue que sea fácil de leer. Trixie tiene
una forma de escribir que huye de párrafos recargados o demasiado largos en las
descripciones.
Aunque muchos autores buscan con ello la belleza, lo cierto es que, a menudo lo que se consigue es el efecto contrario y lo escrito se acaba convirtiendo en un galimatías que la mayor parte de las veces dificulta la lectura.
Me olvidé de cuanto había a mi alrededor y me divertí en esas fiestas que, aunque aburridas para algunos personajes, a mí me resultaron entretenidas, alejándome de una rutina de trabajo y de cansancio.
Es una historia amable, bien narrada y con unas descripciones gráficas que ayuda al lector a transportarse a ese ambiente, a esos salones de baile, a esos escaparates de jóvenes casaderas, a esa sensación de mariposas en el estómago y de cabezas huecas forjadas por la condición de la época.
Combina frases cortas y largas, lo que da dinamismo y ritmo a la narración.
Disfruté del carácter de Verity, el personaje principal. Me gustó su desparpajo.
Ella no deja indiferente a nadie. Es valiente, se enfrenta a la sociedad. Cree en el amor y no en matrimonios pactados. Es persistente y perseverante. Es fácil empatizar con ella gracias a la habilidad de la autora a la hora de crear al personaje, de dotarle de esa independencia que reclama.
En mi opinión todos los personajes están bien definidos. Del mismo modo que es sencillo conectar y sentir simpatía por unos, lo es también sentir antipatía por otros.
En una sociedad donde lo que prima es una mujer sumisa al servicio de su casa, Verity pone el contrapunto interesándose por la lectura y la escritura.
Y alza la voz, aunque no es la única que lo hace.
Se sale de ese cliché establecido. A pesar de estar criada en un convento, no comulga con los dictados propios de la época. Se enfrenta a su padre, a los hombres que hay a su alrededor, a las mujeres que le dicen como debe comportarse.
Mujeres que se escandalizan de su actitud, que viven dentro de una normalidad impuesta y que acatan sin rechistar.
Harriet se dio la vuelta para regresar al despacho del conde y Verity entró de nuevo en el salón de té. Mientras correspondía a las corteses sonrisas de las mujeres, se dijo que había sido una tarde interesante. Seguía sin saber la diferencia entre un ribete y un pespunte, pero al menos ahora tenía material de sobra para fomentar su educación literaria.
La decisión de una dama / Trixie George.
Es el primer libro
que leo de esta autora y, aunque no leo libros de romántica muy a menudo, me ha
gustado. Sigue una trama bien concebida y desarrollada en la que introduce
elementos de intriga, momentos tensos, asaltos, secuestros, elementos propios incluso
de novela negra que no desentonan con la historia y la dotan de una profundidad
que contrasta con el ambiente liviano de la temporada de sociedad.
Esa combinación de paisajes divertidos, párrafos escritos en tono desenfadado junto con otros más dramáticos rompe la monotonía y consigue con ello captar la atención del lector, así como darle ritmo a la obra.
Esa combinación de paisajes divertidos, párrafos escritos en tono desenfadado junto con otros más dramáticos rompe la monotonía y consigue con ello captar la atención del lector, así como darle ritmo a la obra.
Como no podía ser
de otra manera, el amor tiene gran relevancia en la novela. Amores
establecidos, prohibidos, verdaderos.
El final, aunque
esperado, llega a raíz de un desenlace inesperado.
Trixi George es
hábil a la hora de involucrar al lector en la historia, de hacerle cómplice de
la misma.
De invitarle a reflexionar.
Al terminar de leer la novela, antes de volver de nuevo a la rutina, eché la vista atrás un momento y pensé que, aunque el mundo evoluciona a pasos agigantados hay ciertos aspectos que siguen ralentizados.
Entonces cerré el libro y me fui a dormir porque hay días en que amanece demasiado temprano.
Se durmió
enseguida y no fueron los rostros lascivos y rudos los que poblaron sus sueños,
sino los ojos de Oliver, oscuros y anhelantes, su sonrisa torcida y sus besos
con sabor a vino y a manzana.
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